Media hora antes del encuentro ya había llegado al bar en el barrio ingles de Caballito. Espero el encuentro tranquilo y pido una ¨Beer¨ como así mencionó. A su alrededor los hinchas lo tomaban con paz, quizá sea porque solo era la Carling Cup, quizá a él no le importa, solo le quería que su gunner querido venza al equipo sensación de Inglaterra. Al de los petrodólares: Manchester City.
Todo el primer tiempo estuvo alentando y se gritó ¡goal! Cuando luego del centro de Coquelin, el coreano Park empujó al arco. El gol que anuncio el hincha se habría consumado de no ser por la gran reacción de Costel Pantilimon.
Luego el sufrimiento comenzó a adueñarse de su cuerpo. El Arsenal había perdido la pelota y el equipo de Mancini maneja el partido y lo iba a maneja más aún. Cuando el reloj marcaba el minuto 30 del primer tiempo ocurrió algo digno de destacar. El DT del City mando a la cancha a su figura Sergio Agüero por Kolarov (no tenía lesión alguna)
Algunos ingleses que estaban en el bar ya desatendían en el encuentro, el único que no lo hacía era el muchacho con la camiseta de Seaman de unos 35 años, un poco rellenito quizá con ayuda de la Heineken. Él estaba a punto de volverse loco viendo que el Arsenal perdía la pelota y que no la podía recuperar, el sudor recorría su cara, las ganas de que el equipo de sus amores metan un gol sobresalía de su cuerpo para impregnarse en todo el bar.
Aguero festeja, Fabianski se lamenta |
El segundo periodo arranco diferente, los jóvenes gunner tomaron el balón de la mano de el buen pie de Coquelin. El hincha ubicado ya enfrente del televisor daba fe de eso. Estaba sereno, igualmente cada vez que el juego estaba cerca de algunos de los dos arcos estallaba.
Cuando ya el partido moría sucedió lo peor, lo ya mencionado, el dolor más profundo llego a este hincha tan fervoroso. Córner para el Arsenal, minuto 82, el balón llego al área salió despejado Kosielny y Frimpong fueron en busca de la misma pelota. El City despejo del fondo, llegó la pelota a los pies de Edin Dzeco, metió un terrible pase a Adam Johnson. El inglés dejó mano a mano a Agüero quien definió a la izquierda de Fabianski y a otra cosa.
El fanático se tomó la cabeza, golpeo la mesa, insultó al aire y luego quedo mirando al piso. Luego se ilusiono con un centro de Gervinho que Chamack no alcanzo a empujar. Pero se notaba con solo verlo el gol lo había afectado, en voz baja al terminar el encuentro salió del lugar cabizbajo.
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